Hoy es domingo 9 de febrero de 2025, y dentro de mis pendientes se encuentra actualizar este sitio web. En esta sección de mi bitacóra quería escribir lo bastante contento que me siento por volver a una de mis actividades favoritas, ir al cine. Quería escribir sobre las cuatro películas que me senté a ver durante enero y febrero, sobre mis impresiones, no esque a alguien le importan, pero si que me hacen mucho sentido con los últimos meses, las cosas que han pasado frente a mis ojos, la música que he escuchado y cuatro sensaciones que dominan la vida.
Hoy miré la película Flow (trailer aqui ), una película de animales que son muy distintos y que también no tiene diálogos, no más ayá del sonido que puedan hacer los protagonistas que son un gato, un capibara, un ave, un lemur y un perro. No obstante la película es fácil de sentarte a ver, pero porqué, porque solo tienes que mirar las imágenes e intuir un poco el drama por la música que de hecho tiene poca presencia, si, los personajes no hablan y puedes dejarte llevar por las imágenes.
Entonces entendí todo, me preguntaba porqué había dejado de hacer una actividad que tanto disfrutaba, pues esa actividad tenía un grado de dificultad hace un año y meses, mirar películas sin las muletas que son los subtítutlos en español.
Estoy en un país donde no se habla mi lengua materna, además que se habla una lengua que poco tiene que ver con las lenguas latinas, por lo tanto, es complicado entender sonidos y frases, simplemente no hacen sentido. Las películas internacionales o anglo parlantes que son presentadas en los cines tienen subtítulos en una lengua que comprendo el 1%.
Pero bueno, he regresado al cine porque en algún momento me empecé a sentir más cómodo. ¿Cómo va pasando eso?
Primero debo decir que no me he caracterizado nunca con la habilidad de aprender lenguas rápidamente. He intentado aprender inglés desde que soy niño. Tuve algunas pausas, sobre todo en la adolescencia, creo que sentía cierta repugnancia cuando las personas trataban de usar anglisismos para verse cool. Y entonces en ese momento ir en contra corriente. Después me hice de una especie de identidad bastante cerrada también alimentada por adelantadas conclusiones, muy naturales, después de que leíamos los clásicos europeos en la escuela, alguna vez pasó por mis ojos el libro aburridísimo del Cuadro de Dorian Gray. Vamos, no le vas a poner a un adolescente a hacer un análisis, y creo que nunca, para personas normales, quiero decir que leemos lo que nos gusta y ya. Pero yo decía que yo no podía entender literatura europea porque no podía imaginarme que estaba suscediendo. Caso contrario cuando comencé con la literatura latinoamericana, con la que hago y seguiré haciendo conexión. Sin embargo, debo decir que últimamente me he enganchado con los cuentos de Hemingway.
En fin, en algún momento me empecé a sentir cómodo con una lengua que no es mía. Bueno, no hay más, la vida sigue, el cerebro se da por vencido, pero en buena onda.
Al inicio, cuando llegué a mi primer empleo fuera de mi país, me sentía como la torre de babel. No sentía qué estaba pasando, y en la oficina cada quién hablaba su propia versión de Inglés, incluyendo la mía. Al inicio, no entendía nada y no podía darme a entender. Entonces, pensaba que posiblemente era porque yo solo estaba acostumbrado a escuchar británicos en los audios de las lecciones de inglés, o la radio de la BBC, hasta que conocí a mi compañero de oficina, quien era un Británico nato. No podía entender nada de lo que me decía.
Recuerdo que me pidió mi teléfono y había entendido un 10 porciento que él estaba organizando una reunión el fin de semana, con comida y relajación. Pero no estaba cien porciento seguro, y sentí un poco de vergüenza para pedirle que me repitiera todo. Creo que él se dio cuenta y después me escribió un mensaje de texto para explicarme de qué se trataba y la dirección de la fiesta. Fui muy feliz en esa reunión.
La primera lección que aprendí fuera de mi país es que la tolerancia hace la diferencia. No sé si todos se dieron cuenta que llegué bastante asustado, y muy tímido. Pero siempre encontré que las personas se interesan por tu cultura y que pueden aprender de tí, y uno puede aprender mucho de ellos.
Si, estaba en la torre de babel, y lo sigo estando, pero somos oídos que escuchamos y tenemos voces que desean ser escuchadas.
:)